Mientras todo el vecindario de la calle Puigmal dormía, en la noche del 30 al 31
Mientras todo el vecindario de la calle Puigmal dormía, en la noche del 30 al 31
Christopher s un niño d 15 años q se enqentra un prro muerto al filo d la mdianoche. Christopher se psa l libro bscando quien cmetió el asesinato del prro. Mintras invegstiga, ncuentra unas misteriosas crtas q le ayudaran a sber q su mdre no sta muerta cmo el pnsava sino q sta viva y tiene csa en Londres. El niño dcide nprender l viaje dsde su pueblo hasta Londres pra asi ncontrar a su mdre. Drante el viaje Cristopher va ngustiado pq nunca ms alla d la tienda d la squina. Al fnal Cristopher s gradua n Bachillerato
¿Qué ocurriría si un libro como El Curioso Incidente del Perro a Medianoche y otro como Harry Potter se unieran?
Cristopher es un niño mago de 16 años. A Christopher le gusta mucho estar con sus amigos Ron y Siobhan pero eso sólo lo puede hacer cuando está en el colegio porque Cristopher vive con sus tíos no magos.
Un día Cristopher y sus dos amigos, andando por la escuela se encontraron un perro muerto, atravesado por una horca.
- ¿Quién lo habrá hecho? – preguntó Cristopher
- No lo sé pero no creo que lo hubiese hecho un alumno. Un alumno es demasiado inocente para hacer eso – razonó Ron
- Sí, tienes razón ¿puede ser que lo haya hecho el señor Sears?
El señor Sears es el profesor de pociones. Este profesor es odiado por parte del alumnado por su mal genio.
Los tres chavales decidieron ir a investigar, emulando así a uno de sus ídolos, Sherlock Holmes. Cuando el profesor Sears hubo salido de su despacho, los jóvenes entraron a escondidas. Al echar una ojeada al escritorio del profesor, Christopher advirtió que allí había una montaña de cartas. Los chicos inspeccionaron las cartas y todas ellas iban destinadas al profesor Sears. El emisor de todas era el profesor Snape que imparte Bachillerato superior de matemáticas.
Todas las cartas trataban de lo mismo: el profesor Snape quería que el señor Sears le quitara algo de en medio que a Snape le molestaba mucho. Una vez revisadas todas las cartas los tres amigos se dirigieron al despacho de Snape.
Una vez allí, los niños, buscaron entre los armarios hasta encontrar la prueba definitiva: la horca del crimen. Después se dirigieron al despacho del director y le explicaron lo ocurrido.
- Tranquilos chicos, os creo y tomaré las medidas pertinentes.
Dos días después se supo que Snape debía hacer servicios sociales en la perrera más cercana al colegio durante dos meses.
Pasaban siete minutos de la medianoche. El perro estaba tumbado en la hierba, en medio del jardín de la casa de la señora Sears. La puerta del jardín estaba entreabierta, cosa rara, porqué el perro no dejaba acercarse a nadie. Era tan extraño que entré con cuidado al jardín para ver que sucedía. El perro respiraba pero no movía ni un músculo. Me dirigí hacía la casa y comprobé que la puerta estaba abierta. Miré por una ventana y vi a la señora Sears en un sillón dormida. Aparentemente estaba tan dormida como su perro.
Todo me pareció muy raro así que llamé a la policía para que investigara la casa de la señora Sears. La patrulla no llegó hasta quince minutos después de mi llamada.
- ¿Ha sido usted quién nos ha llamado? – preguntó un oficial
- Sí – contesté
- ¿Por qué ha llamado?
- Porque andaba por la calle y vi que la puerta del jardín y de la casa estaban abrieras. Además el perro que tiene delante, es muy agresivo y cuando lo vi estaba dormido profundamente cómo su ama. Todo era tan raro que preferí llamarlos antes que entrar en la casa
- De acuerdo, ha hecho usted bien. – me dijo y se dirigió a sus compañeros – Vamos, entrad con mucho cuidado y sin hacer ruido
Los policías formaron en línea recta y uno tras otro empezaron a entrar a la casa. El primero de ellos, empezó a buscar pistas o algo que mostrará el sueño de esa señora y de ese perro. Los demás policías intentaron despertar a la señora pero no tuvieron éxito así que un de ellos llamó a un medico.
Mientras esperaban al medico los policías buscaron por la casa y encontraron la caja fuerte de la casa abierta y vacía.
Yo me mantuve en un rincón de la casa observando el proceso que llevaban los policías porque a mí me encantan estas investigaciones.
Cuando el medico le hizo un pequeño reconocimiento a la señora Shears llegó a la conclusión de que la habían dormido con un somnífero y que para despertarla debían esperar hasta que el efecto pasara.
Esperamos media hora y cuando la señora Shears se despertó describió que la habían robado y una sonrisa se dibujó en su cara, todo era una trapa en la que el misterioso ladrón había caído…