Pasaban siete minutos de la medianoche. El perro estaba tumbado en la hierba, en medio del jardín de la casa de la señora Sears. La puerta del jardín estaba entreabierta, cosa rara, porqué el perro no dejaba acercarse a nadie. Era tan extraño que entré con cuidado al jardín para ver que sucedía. El perro respiraba pero no movía ni un músculo. Me dirigí hacía la casa y comprobé que la puerta estaba abierta. Miré por una ventana y vi a la señora Sears en un sillón dormida. Aparentemente estaba tan dormida como su perro.
Todo me pareció muy raro así que llamé a la policía para que investigara la casa de la señora Sears. La patrulla no llegó hasta quince minutos después de mi llamada.
- ¿Ha sido usted quién nos ha llamado? – preguntó un oficial
- Sí – contesté
- ¿Por qué ha llamado?
- Porque andaba por la calle y vi que la puerta del jardín y de la casa estaban abrieras. Además el perro que tiene delante, es muy agresivo y cuando lo vi estaba dormido profundamente cómo su ama. Todo era tan raro que preferí llamarlos antes que entrar en la casa
- De acuerdo, ha hecho usted bien. – me dijo y se dirigió a sus compañeros – Vamos, entrad con mucho cuidado y sin hacer ruido
Los policías formaron en línea recta y uno tras otro empezaron a entrar a la casa. El primero de ellos, empezó a buscar pistas o algo que mostrará el sueño de esa señora y de ese perro. Los demás policías intentaron despertar a la señora pero no tuvieron éxito así que un de ellos llamó a un medico.
Mientras esperaban al medico los policías buscaron por la casa y encontraron la caja fuerte de la casa abierta y vacía.
Yo me mantuve en un rincón de la casa observando el proceso que llevaban los policías porque a mí me encantan estas investigaciones.
Cuando el medico le hizo un pequeño reconocimiento a la señora Shears llegó a la conclusión de que la habían dormido con un somnífero y que para despertarla debían esperar hasta que el efecto pasara.
Esperamos media hora y cuando la señora Shears se despertó describió que la habían robado y una sonrisa se dibujó en su cara, todo era una trapa en la que el misterioso ladrón había caído…
No hay comentarios:
Publicar un comentario